Encontró una Biblia y obtuvo ayuda en Lucas 11:13, que dice: “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?”. Razonó: “Si este libro es verdadero, la promesa en este pasaje también debe ser cierta. Necesito ese mismo Espíritu, por el cual el todo fue escrito, para entenderlo correctamente. Él se ha comprometido aquí a dar ese Espíritu a los que lo piden: por eso debo orar por él; y, si es de Dios, él cumplirá su propia palabra.”
Pasó todo el resto del viaje con profunda seriedad mientras leía y oraba sobre las Escrituras. El 8 de abril anclaron en Irlanda, pero Newton aún no había entendido la grandeza de su nueva fe. Nunca tuvo a nadie que le brindara un discipulado ni que lo ayudará a dar los primeros pasos en Cristo, así que se convirtió en el capitán de un barco de comercio de esclavos y volvió al mar.
El peso moral del tráfico de esclavos lo llevó de nuevo a tierra firme. Después de dejar el mar para un trabajo de oficina en 1755, Newton realizó estudios bíblicos en su casa de Liverpool. Influenciado por John Wesley y especialmente por George Whitefield empezó a sentir vergüenza por su pasado como traficante de esclavos al conocer a su Salvador de una manera más genuina.
Se ordenó al ministerio y en 1764 empezó a liderar una iglesia en Olney, Buckinghamshire. También desarrolló un apetito insaciable por conocer más la Palabra de Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario